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domingo, 15 de mayo de 2011

Sólo una persona me ha preguntado por Morti desde que empecé la serie de entradas de Melrose Place y La Casa del Ruido y de Morti.
Se a ciencia cierta que no es por desinterés, me inclino a pensar sencillamente, que preferís no saber la verdad, por tanto en cuanto puede haber de escabroso en ella...
Morti, suena mal, suena a muerte. Pero Morti es en la realidad un rey viviente, como Elvis...aunque en éste caso Morti es, el rey de los náufragos.

No me gustaría que pensarais que os vais a encontrar con una entrada sólo sobre un fantasma.
Morti no es un fantasma, Morti es real; tan real como invisible, tan real...que desmontó de raíz mi incredulidad fehaciente y consiguió que hoy por hoy, pueda admitir que los espíritus existen y que se manifiestan (algo de lo que hace unos años me hubiera reído a carcajadas yo misma pensando en la mas absoluta de las improbabilidades).
Para que lleguéis a entender mi actitud ante Morti en aquellos años que vivimos juntos, quiero dejar patente que jamás antes creí en auras, energías, fantasmas, espíritus ni nada parecido, todas éstas cosas me parecieron siempre falacias de necios e ignorantes, herencias supersticiosas de antiguas leyendas medievales y modernas, motivos morbosos con los que generar atención y misterio irracional y gérmenes de películas estúpidas americanas de dinero fácil; como decía.... era y sigo siendo la persona mas escéptica en temas no comprobables que hay sobre la faz de la tierra (me gusta la veracidad que transmiten los hechos...pero como suele suceder en ocasiones...hay veces que no todo es lo que parece..).
Hoy por hoy, sigo siendo igual de escéptica, pero creo en las almas errantes que naufragaron en algún punto del más acá y que se niegan a ir al más allá.

Morti es, como he dicho, un alma errante que apareció en La Casa del Ruido cuando SunSun y yo llevábamos un año y pico viviendo en ella. Yo al principio, no advertí su presencia hasta que él mismo tuvo que mostrarse de un modo del que yo empezara a percatarme (si, algo así como un momento Ghost).
SunSun muy temerosa de todo aquello que tenga que ver con los espíritus, fantasmas y cosas paranormales, siempre se sugestiona muchisimo cuando alguien habla de estos temas o ve películas de miedo, y siente absoluto pánico.
Sabiendo ésto, cuando SunSun empezó a advertir cosas raras en casa, yo no le hice ni el más mínimo caso... es más, opté por decirle que si había un espíritu en casa que bienvenido fuera mientras no me lanzara un cuchillo, así tendría con quien compartir mi vida hogareña en los momentos en que estuviera sola; e incluso, llegué a pensar que sencillamente se sentía sola  e intentaba llamar mi atención (yo entonces tenía pareja y ella no); pero no, resultó que SunSun tenía razón, y no fue ella la que me lo hizo ver, sino Morti.

Recuerdo perfectamente como empezó todo.
Un miércoles cualquiera, yo dormía en casa de la que entonces era mi pareja. Recuerdo estar viendo junto con Victorio's Secret la película de Cyrano de Bergerac con Gérard Depardieu en el papel de Cyrano y me sonó el móvil, era SunSun. Pause. SunSun me habla con la voz temblorosa y totalmente aterrada, acaba de ver como el jarrón del recibidor se ha movido y no se atreve a mover un pelo del sofá; me pedía por favor que volviera a casa, que no sabía que hacer. Ejem...ejem...si claro, esta el mercado de abastos de La Ciudad del Viento surtido....como para andar jugándosela así como así, como para mear fuera del tiesto está una.. Le dije a SunSun que como podía entender...no podía decirle a Victorio´s Secret a las 24,00 horas de un miércoles que tenía que irme a mi casa porque mi hermana había visto moverse un jarrón...
SunSun entendía lo que le decía pero su pánico me dejó extrañada...
SunSun no durmió en toda la noche. Con los días se fue calmando, hasta que de nuevo me llamó una mañana, para decirme que había oído un "hola" tan claro y tan nítido leyendo en su dormitorio la noche anterior, con la voz ronca de un hombre adulto, que casi se desmaya. Volvió a pasar terror y no durmió tampoco esa noche. Al día siguiente, le dije que me quedaría en casa, y por la noche me pidió dormir conmigo. Vaya...mi hemana me estaba empezando a preocupar de verdad; eso no era normal.
Empezó a oír pasos y yo seguía haciendo oídos, ahora medio sordos, a todo lo que me decía, me parecían memeces.

Pero llegó un domingo en el que yo estaba leyendo en mi cama con la puerta de mi cuarto cerrada y sola en casa y oí unos pasos nítidos y firmes que procedían del salón (la otra punta de la casa) y se dirigían a mi cuarto. Se pararon cuando llegaron a la puerta. Dejé de leer, y en voz alta pregunté a SunSun si había llegado a casa; no contestó nadie. Me levanté y abrí la puerta; no había nadie detrás ni en toda la casa. Pensé....que tonta soy...todo el suelo de mi casa es de madera, tal vez en el piso de arriba (el que para entonces estaba de obras) hay alguien aún trabajando y si el suelo también es de madera...la madera cruje mucho. Seguí leyendo tranquilamente.
Pero llegó el día en que, como ya conté en una entrada anterior sobre La Casa del Ruido, hubo una filtración de agua desde el piso de arriba a mi cuarto de baño, y tuve que llamar al Licenciado Vidriera para que solucionara el problema; me quedé estupefacta cuando entré en el piso de arriba y comprobé que no había suelo, estaba todo picado. Los pasos tampoco podían haber sido del piso inferior, no habitaba nadie, era una oficina misteriosa y jamás de los jamases iba nadie en fin de semana; aun así, no creo que dado el caso, oyera pasos de un piso inferior. No podía tampoco ser el Exprimidor de Limones, no había nadie en su casa, estaba de bolo musical. Ergo...¿ummm?

Mi actitud a partir de entonces fue la de esto no es posible...es una chorrada...como otra cualquiera, nada más. No hay que buscar explicación a todo, hay cosas que igual no la tienen y ya está.
Pero llegó el día.
De nuevamente sola en casa, recuerdo como si estuviera pasando ahora mismo, yo iba de la cocina al salón. Para hacer este trayecto había que pasar por delante de la puerta de casa, que tenía una de estas cerraduras modernas que se estropean de mirarlas (como también he contado en mi entrada de cuando me quedé encerrada en la calle) y que no son de pomo por dentro, sino de pestillo que se desliza de derecha a izquierda para abrir la puerta.
Justo en el momento en que yo pasaba por delante vi como el pestillo se estaba desplazando de derecha a izquierda, como si alguien desde fuera estuviera abriendo la puerta con la llave (desde dentro era imposible, estaba yo). No tuve miedo, no pensé que alguien estuviera intentando entrar en casa (como sería lo más normal pensar) a pesar de que sabía que SunSun no podía ser porque estaba en una feria canina. Instintivamente, no se porque, cuando el pestillo estaba ya casi desplazado del todo, lo terminé de desplazar yo y abrí la puerta de par en par; no había nadie...salí rápido al rellano, no oí ningún paso de nadie ni subiendo ni bajando....me mosqueé, subí todas las escaleras hasta arriba, nadie, bajé todas las escaleras hasta abajo incluido sótano, nadie. Entré en casa, cerré la puerta. Me senté en el sofá para intentar entender que es lo que acababa de pasar...me analizé, no estaba drogada, ni bebida, ni sedada, ni tenía fiebre de ningún tipo, vamos, que no estaba enferma. ¿Qué ha pasado? MORTI.

Lo acepté, ¿porqué no? a fin de cuentas...no había pasado nada malo. A partir de aquel día Morti fue uno más en mi casa, a pesar de la constante presión de mi hermana por cambiarnos de hogar. Yo en lugar de tomármelo como algo "malo" por el hecho de ser desconocido, me lo tome como....vale, hay algo o alguien, pero ese algo o alguien no molesta ni nos hace daño, ¿qué más da entonces?, SunSun vivia sugestionada en muchas ocasiones....no lograba tomárselo tan relativamente como yo y se enfadaba un poco conmigo porque creía que yo no me lo tomaba en serio.
Morti solo se manifestó a solas o con SunSun o conmigo, nunca con las dos. También sabíamos que hacía vida a sus anchas cuando no estábamos en casa.... será que las almas limpias se duchan porque el muy mamón cuando SunSun no estaba los fines de semana y yo volvía del trabajo los sábados, me encontraba mis toallas mojadas como si alguien se acabara de duchar; o me encontraba los geles y champus ordenados en filas indias y paralelas....(algo que jamás de los jamases hemos hecho ni SunSun ni yo).

Sea como fuere, la verdad es que a mí me alegró un poco....cuando ponía música en casa me imaginaba que era dj y estaba pinchando para Morti y tontadas así....jajajaja.
No se que buscaba ni que quería Morti, pero era un alma errante...
SunSun intentó indagar sobre la historia del edificio, por si se había producido alguna muerte trágica en alguno de los pisos... pero la verdad, es que no conseguimos saber mucho....la única que hubiera resuelto el misterio hubiera sido Doña Ramona, y lógicamente....nunca le preguntamos; ella era un fantasma de verdad, pero de las que dan miedo..

¿Quién debió ser Morti?
¿Porqué sigue naufragando por estos lares de almas corporeas?
¿Qué busca?
¿Qué purga?

Ayyy....Morti....

sábado, 16 de abril de 2011

Ya es sabido por todos aquellos que me conocen bien, las veces que suelo chocarme con todo y darme golpetazos con todas las esquinas. El resultado siempre es el mismo.... moretón; no tengo las piernas de una modelo precisamente...más bien parecen las de un dálmata (mi operación bikini de todas las primaveras, consiste en procurar ir con cuidado durante una temporada para que mis piernas puedan destaparse sin que parezcan psicodélicas).
A veces es porque voy despistada, otras veces porque tengo mala suerte (y no es un pretexto, es verdad, a veces me siento y sencillamente al meter la silla hacía dentro, resulta que había una pata o una bandeja para colocar cosas que yo no sabía y que por supuesto no iba a perder el tiempo en comprobar antes de sentarme..); pero la mayoría de las veces es porque voy deprisa, si eso es, voy con ansia por los habitáculos sin darme cuenta, en mi afán por hacer las cosas rápido y bien.

Una de estas gloriosas ocasiones de infortunio sucedió un domingo hace ya algunos años cuando bajaba de mi hogar en La Casa del Ruido hacia la calle. Como ya sabéis, yo vivía en un segundo con principal, es decir, para subir o bajar tenia que dar tres círculos de escaleras, ya que no había ascensor.
Aún con resaca de la noche anterior, me arreglé un poco para apurar el fin de semana y bajar a tomar unas cervezuelas a la Bachata Aburrida y charrar un rato con Lebiram (que le tocaba trabajar ese domingo sola).

Sunsun siempre en la parte del sofá que sirve para estirarse (en estos sofás que desde hace unos años hacen con una parte para sentarse y una de las esquinas alargadas para estirarse), que ya tenía hecha la forma de su cuerpo y encajaba pues a la perfección en él, no quiso bajar conmigo (no es mucho de bares..y menos de bares de Melrose Place) supongo que, porque hubiera necesitado un pico de escalada para salir de ahí y eso suponía dejar el bol de kellog´s de entre sus manos (¡¡¡algo impensable!!).
Así, que como no, baje sola al bar, como muchas otras veces (era algo que por otro lado solía hacer y que llamaba mucho la atención del personal...aun sigo sin saber porque; supongo que por un tema tal vez, machista o retrógrado...tanto por parte de hombres como de mujeres; pero a ciencia cierta...sigo sin saber el porqué). Sabía que era algo que mi público de Melrose Place comentaba y que la verdad, siempre me hizo gracia por dentro...
....cuanta gente sola siempre acompañada....

Total, que sobre las 20,15 de la tarde-noche cogí la basura de mi casa para de camino al bar, tirarla en el cubo de la basura, antes de que el camión pasara a las 12 de la noche, como todas las noches, como oíamos todo el barrio.
Esta vez sí agarré el bolso (que siempre me pesa una tonelada...) y me lo coloqué en el brazo derecho, con la mano izquierda cogí la bolsa de basura y en la mano derecha llevaba las llaves para cerrar la puerta con ellas y no pegar un portazo en pro de no arriesgarme a dañar la delicada cerradura de mi casa-tonel... Todo iba sobre ruedas, porqué no iba a ir, en un quehacer tan doméstico y cotidiano como bajar unas escaleras con algo en cada mano.
Las escaleras de La Casa del Ruido eran las típicas escaleras de las casas que tienen dos siglos... es decir, a niveles distintos de alturas según los arreglos sucesivos que ha ido sufriendo el edificio; como la que toda la vida ha  preferido ponerse una crema antiarrugas y con 70 años sigue pensando que así las grietas descansarán mejor sobre la tierra cansada, que pasar por un quirófano y reestructurar todas las escaleras. Es parte del encanto de estos edificios, las diferencias, sus peculiaridades...huellas de historia reciente...que a nadie se le va a ocurrir jamás cambiar en su esencia, como a mi me gusta que así sea.
Yo, como todos mis vecinos sabíamos perfectamente donde lloraban las grietas del edificio y donde había que prestar más atención; sabíamos si en el principal podíamos subir o bajar las escaleras de dos en dos y pensábamos cuando nos íbamos a arriesgar a hacerlo de tres en tres... o qué escalera no había que pisar nunca porque el zócalo sobre piedra que estaba roto y levantado, era el refugio y hogar de una encantadora familia de salamanquesas que por supuesto, tenían el mismo derecho a disfrutar de la autenticidad del lugar que los demás. Me encantaba. Me encantaba el espacio común de La Casa del Ruido, todo menos su espejo, sí, aquel puesto a mala... en la entrada y que evidentemente se puso en una época en la que los vecinos de aquel lugar dejaron de ir al campo para ir a otros lugares..

Bien, como iba diciendo...tal y como había colocado mis objetos personales sobre mi, para bajar a la calle, volví a hacer algo en lo que siempre suelo errar...sentirme apresurada por llegar tarde.. en el horario que yo me había establecido en mi cabeza para llegar al bar. Así que bajé deprisa, corriendo y el gran fallo...a oscuras (no por mi culpa).
Y es que resulta que en la Casa del Ruido era habitual, que si doña Ramona quería ahorrar en luz aquel mes, cortaba la luz de los rellanos y escalera durante el día (la instalación de la luz en el edificio era del año 2 a.c...y dan fe los electricistas que acudían que no daban crédito al espectáculo de cableado y cajetines...), y solo la encendía por las noches.... A veces sencillamente se olvidaba de conectarla a media tarde, como ocurrió en ésta ocasión...imaginándomela yo, rezando en su altar personalizado del salón de su casa, a Don Faustino, y dándole gracias a nuestro señor por mantenerla cuerda y en esa comunidad para salvaguardarnos a todos la buena moral y los buenos valores que manda Dios e interrumpen los Orgasmus...
Era la líder de la mejor cruzada contemporánea...riete de la Orden de los Caballeros de San Juan.

De esta guisa, cuando di el último giro de escaleras y ya me quedaba el último tramo por bajar de la manera más apresurada pero feliz, resbalé.
Resbalé por culpa de mis sandalias negras y mi mala suerte. Y es que las suelas de mis sandalias negras, resbalan sin necesitar nada que les haga resbalar, algo que al contacto con ellas las haga vengarse de su vida diaria... ellas se vengaban cuando les daba la gana, arbitrariamente.
Bajando deprisa debieron de pensar que de qué iba yo creyéndome una amazonas invencible. Así que al pisar un escalón la sandalia derecha se fue de vacaciones establecidas por convenio y el azar que podía haber hecho que cayera para adelante o para atrás, decidió que cayera para adelante...
La ostia consagrada se oyó por toda La Casa del Ruido y ningún vecino salió (nos daba igual si moría el de arriba o el de abajo, ya nos enteraríamos por el olor) más que SunSun, que creyó que me había matado. El Exprimidor de Limones lo oyó pero no pensó en ningún momento que tal estruendo pudiera provenir de la caída de un ser humano, creyó que a alguien que bajaba o subía se le habría caído lo que estuviera cargando encima.
La barandilla que era toda de forja oxidada de por lo menos 100 años antes, se tomó mi mano de pincho de mediatarde, y así se me abrió una grieta en la mano y se me rompió el escafoides (hueso de la muñeca). La bolsa de basura llegó al contenedor sola... y las llaves que además llevaban un pen drive en el llavero, cayeron al pozo del agujero de La Casa del Ruido, aquel lugar donde nadie jamás quería bajar, pero que yo ya conocía... El otro brazo inmediatamente reaccionó para preservar cualquier golpe en mi cabeza, después de soltar la bolsa de basura, y di cuatro vueltas de albóndiga rebozada en pan rallado, antes de ser colocada en la sartén hospitalaria. Le dije a SunSun que estaba bien, que podía andar, que me iba al bar...SunSun estupefacta no dijo nada...bajé a los calabozos a por mis llaves...el pen no lo conseguí encontrar (sin una linterna ahí estas perdida...), así que el que lo encuentre le encantara lo que hay dentro... dejé encajada la bolsa de basura que tenia prisa por pasar a otra vida mejor, y me dirigí a la Bachata Aburrida.

Entré, y me encontré a Lebiram trabajando y en el lugar de los barreros, a Hermes, al Ambulanciero y a un par más de personas que no recuerdo... inmediatamente con gracia y salero conté el ostión que me había servido para querer agarrar una cerveza bien agusto.
Hermes...que para entonces tenía calidad de conocido con ganas de hacer carrera, y así pasar a la historia para fundar juntos la Noleida, me examinó la mano...y me dijo que debería ir al hospital...pufff...no...primero chervechita fría...esto no es nada, una herida normal, a curar y punto.
Hermes y el Ambulanciero, tras hacer un par de bromas de mi infortunio, los tres cerveza en mano, el primero insistió en que debía acudir al hospital y el otro se ofreció a llevarme...en moto.

Al final...valeeeeee vamos... Creí que el Ambulanciero iba a subirme a una moto cafe racer, como las que me gustan, pero ya sabéis que mi imaginación va muchas veces más deprisa que mi razón...jejejejje. Era una vespino, sucedáneo de Vespa.
Vaya...¿qué dices que me tengo que agarrar? ¿con cuál de las manos? con la buena...vale...ponte este casco...es grande...pero ajustado un poco así...yo creo que te vale...vale...
Me subo. El hospital estaba al otro lado de la ciudad...y todo el trayecto fue de maravilla salvo por un pequeño detalle...cada vez que el Ambulanciero frenaba mi casco se daba un golpetazo con el suyo y no podía controlar eso de ninguna de las maneras porque mi única mano sana le agarraba a él, para no caerme de la moto y hacer croquetas de la carne que sobra de  hacer canelones. No puedo aseverarlo con exactitud, pero igual me di 20 leches en la cabeza antes de llegar al hospital...y otras 20 antes de volver al Bachata. Resultado hospitalario = antiflamatorio y analgésicos y no se ve rotura en principio, pero estos huesos...ya se sabe....hasta dentro de unos días...son tan pequeños que no podría decirte con exactitud si tienes alguna rotura... médicos...medicina...

Cuatro días después me encontré a Hermes de oferta por la calle y fue el que me dijo que volviera al hospital que eso tenía muy mala pinta... le hice caso y salí escayolada. Aprovechó para apostar conmigo si me pondrían o no escayola... ganó él. Ya digo yo que su marketing es muy bueno....;)

Fue el mejor mes de baja que he tenido en mi vida. Salir y salir, leer, bailar, beber, gritar, reír y escuchar.
Redescubriendo, en esos meses que siguieron, el inicio de una primavera interna y los albores de un verano nuevo que la vida (que me daba la oportunidad de cambiar de estación) me ponía enfrente; para sumirme en un acantilado de coqueterias con un olor a almendro en flor, que es una de las flores que más me gustan.
Gracias Hermes.
  

sábado, 2 de abril de 2011

Era primavera.... como la recién estrenada... pero de hace unos 4 años....

Dentro de La Casa del Ruido y de Morti, por las mañanas, entraban los rayos de sol por el único sitio al que la voluntad humana, la de SunSun y la mía, se lo permitía....es decir, la puerta acristalada del balcón que daba a la calle Espozaño y Minero. En la misma pared había dos ventanas más, pero los estores blancos que dejaban entrar la luz no se levantaban por las múltiples razones explicadas en mis anteriores entradas sobre aquellos maravillosos años en  Melrose Place.

Empezaba una semana nueva, era lunes y acababa de disfrutar de uno de mis fines de semana de entonces... bares, música, entradas y salidas en casa, dejarse llevar por los acontecimientos, encuentros involuntariamente voluntarios y estudiados con las personas que quería ver, y resaca con sabor dulce.. ; la operativa normal de una soltera trabajadora a la espera de comerse el fin de semana todo lo que no se había comido entre semana; y eso que tenía como hábito tomarme siempre unas cervezas por las tardes, antes de subir a casa entre semana, para charrar un rato con quien se dejara caer en La Bachata (ahora) Aburrida... (el bar a dos portales de La Casa del Ruido, cuyo propietario era un chico con el que, unos años antes, había jugado un par de partidas al Twister de MB y acabamos jugando al Ahorcado..perdió él, claro; pero también de una de las personas que ahora mismo esta ahí arriba tomándose un gin tonic con san Pedro, en una de las nubes más grandes, y que me hacía reír como nadie..).

Los fines de semana, los cantos y las voces de Doña Ramona, sabían de otra manera...ya daba igual todo, no había que madrugar (salgo los sábados que me tocaba trabajar) y eso hacía que todo supiera distinto... todo tenía encanto.
La sensación de resaca permanente se aliaba con el bienestar y juntos bailaban un tango como podían; la ropa tendida en el patio de luces, manchada por la ceniza que los orgasmus cada jueves desde el piso de arriba dejaban caer, tiñendo la ropa de gris noche estrellada, tenía otro significado, el de fin de semana.. me daba tiempo a ponerla otra vez en la lavadora sin problemas, junto con el uniforme del trabajo, para estar listo el lunes.
Todo se volvía relativo.

Recién pasado uno de aquellos fines de semana, un lunes me sabía a `tengo que replantearme la vida por mucho que disfrute de las olivas, los boquerones y las cervezas´.
Para entonces, yo aún trabajaba a turnos unas semanas de mañanas y otras de tardes, y ese lunes tenía que entrar a trabajar a las 15 horas, así que me desperté sin despertador (una de las cosas que aún se saborear como placer más exquisito) y en un silencio absoluto...(que ahora mismo añoro desde lo más tierno de mi malestar), y me levanté para desayunar como manda el onceavo mandamiento...
A esas horas, un lunes, los orgasmus inmersos en sus ritmos grupales de costumbres propias de su especie o se volatilizaban y dormitaban sobre el césped de algún lugar desconocido para mi...o hibernaban hasta el miércoles, el caso es, que eran los únicos dos días que la cabeza descansaba... Un Ferrero Rocher envuelto en papel de oro de 20 kilates.

Justo en esos momentos de mi vida en Melrose Place, vivían enfrente de mi piso de La Casa del Ruido, Arti y Dani, una pareja encantadora y enrollada, que tanto te ayudaban como te invitaban a compartir lo que tuvieran entre manos en esos momentos de encuentro.
Después de mis `desayunos sin prisa´ de las semanas de tardes, solía ponerme música a un nivel prudente (recuerdo que me puse un disco de The Sonics) e iba organizándome poco a poco para la semana... tocaba destender el uniforme y plancharlo antes de ir a trabajar; comprar lo necesario para la comida del día; ordenar mi habitación y la casa en general; pegarme una ducha mañanera de las largas, sin ninguna prisa, escuchar las noticias en la radio y empezar a hacer la comida antes de que SunSun llegara del trabajo.
Mientras iba cantando, bailando y guitarreando virtualmente por casa, haciendo las cosillas del hogar...me di cuenta que me faltaba leche y que era lunes...es decir, había que reponer material, usease, los hielos gastados por los combinados del fin de semana (en mi casa no podían faltar nunca mazacotes buenos de agua congelada) y leche (es un misterio lo que SunSun hace con la leche...cuanto más compraba más pronto se gastaba).
Así, que después de adecentar mi hogar dulce hogar, planchar el uniforme y colocarlo extendidito encima de mi cama de 1,50 m (que tiempos aquellos..); me dispuse a ir al economato que había justo debajo de mi casa en el portal contiguo (que después fue kebab, panadería, otra vez kebab...y ahora ya no lo se..) a comprar hielos y unas cajas de leche a la simpática Ana, la propietaria del lugar.

¿Qué se coge una de casa para bajar justo al portal de al lado a comprar varias cosas? Yo, evidentemente, no pensé en que iba a necesitar bolso...ni móvil...ni papel...ni boli...ni el monedero...ni las gafas de sol...ni nada de nada... Pensé...sólo necesito 4 euros y las llaves, paso de bajar nada más...¿para qué?.
Tengo que decir que cada vez que en mi mente se desarrolla dicha pregunta...yo que soy gafe...suelo coger todo lo que he dicho que no iba a coger; pero ésta vez dije... en serio No, es ridículo bajar con nada más, acostumbrate a ir más liberada. Ok. Así que No se va de casa con el producto neto de su nómina ya a día 13 del mes y con las llaves. Nada más. La verdad es que tengo que decir, que la sensación que sentí al bajar las escaleras medio bailando y cantando tan suelta casi valió la pena después de todo...
Entré en la tienda y saludé a Ana; creo que era la única persona que trabajando en Melrose Place no tenía ni idea de los chismes del barrio...(no vivía en él) así que era todo un lujo poder hablar con ella, porque nunca lo hacía sobre los demás.
Si...la eche de menos cuando se fue...

Cogí la leche y los hielos y ya era casi la una del mediodía; Ana cerraba en breves, había llegado por los pelos. Me costó 3,25 euros la compra. Pensé...bueno ahora a subir y a empezar a hacer la comida; comer y salir para el frente de batalla. Saqué mis llaves, las coloqué en la cerradura...y...si, en efecto, la puerta no se abría, la cerradura se había estropeado (algo que me jorobo bastaste porque `la casera´me aviso que no cerrara nunca de portazo porque la cerradura era algo delicada...y siempre cerraba la puerta con la llave puesta, jamás di un solo portazo). Mierda....mierda....mierdaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!

Tic tac...tic tac...tic...tac....las 13,15....entro a las 15 a trabajar.....uniforme, móvil, bolso, dinero, todo dentro de casa. Inmediatamente pienso en el trabajo...mierda otra vez, yo que no paro de echar broncas a las demás porque llegan tarde al curro y soy un ejemplo intachable de puntualidad...no puedo llegar tarde!! y además...el puesto se queda sin cubrir...y hoy está la cirujana...follón seguro... etc..
Un tumulto de ideas se atropellaron en mi mente.
En definitiva...en ese momento algo me decía que no iba a ser el mejor día de mi vida.
Tenía que pedir ayuda, llamé a la puerta de Dani y de Arti, no había nadie en casa....y, como os podéis imaginar, no se me ocurrió pedir ayuda en ningún otro piso...en cualquier caso hubiera conseguido de todo menos ayuda (orgasmus y Doña Ramona...no, gracias).
Me miré el dinero que tenía, joder...75 céntimos...¿dondé hay una cabina ahora en la era del móvil? No... piensa...piensa....creo que en el Central Market....o tal vez en la plaza de la Santisima Cruz....ayyyy no lo se!
Salí escopeteada sin dejar los hielos y la leche en el rellano (cualquiera se fía de los orgasmus...eran capaces de salir de su hibernación coger el material y volver al catre como si nada...ni hablar), es decir, me cargué con la compra y me fui al Central Market que distaba de mi casa unos 10 minutos andando...y no!! no había una cabina!!! (yo hubiera jurado que en algún momento alguna vez...vi alguna...) evidentemente, me cagué en la estatua del fundador romano de nuestra querida ciudad , que testigo de mi desasosiego parecía hasta reírse de mí diciéndome (con esa postura hierática de cadera inclinada y sonrisa burlona) que pringada... ,así que corriendo otra vez, desandando lo andado, me dirigí a la plaza de la Santisima Cruz...y siiii una cabina...dios...que calor hacia...sudaba por castigo divino...
Vale, No, ya tienes cabina, ahora piensa, solo tienes 75 céntimos organízate, tendrás pocas oportunidades de llamar...vale, SunSun es la que está más cerca de casa, trabaja a 10 minutos andando, llámala y que ella llame a la casera para contarle lo que ha pasado y que ésta llame al seguro del hogar para que venga un cerrajero urgentemente.
Llamo a mi hermana que nada más oír mi voz me da voces diciéndome que ahora no puede atenderme que estaba muy liada, y me cuelga. Su puta madre (con perdón porque es la mía también). Vuelvo a meter moneditas en la cabina...45 céntimos...vale...llamo a mis padres para que llamen a SunSun, le digan que es idiota, y le cuenten lo que me pasa, y...sorpresa sorpresa....mis padres comunicando!!! Seguro que Crudins estaba marujeando sobre el finde...una imagen fugaz imaginó mi mente y se proyectó en las retinas de mis ojos....Crudins con el teléfono en mano jijij jajaja jijij jajaja...= misión imposible, posibilidades cero.
Creo que si alguien me hubiera pedido la cabina en esos momentos me lo hubiera engullido...
Bueno, intento otra vez llamar a SunSun...30 céntimos...llamo y lo primero que le digo es que me escuche!! que me he quedado colgada en la calle sin poder entrar en casa con....30 céntimos y bajando... que llame a la casera!!! me dice que vaya a su trabajo que me da sus llaves para que pruebe a abrir la puerta con las suyas... ok....
Cargo la leche otra vez...y los medios hielos...y me pongo a andar los 10 minutos hasta su trabajo...me da sus llaves y me dice que ya ha llamado a la casera, que alguien irá a rescatarme o a hacer algo... Vuelvo a recorrer los 10 minutos de trayecto hasta mi casa, pruebo sus llaves, y la cerradura no responde; la puerta se me descojona en la cara...

¿Qué hago? las 14,30. En esos momentos decido volver a llamar a casa de Dani y de Arti, tal vez tenga suerte y como ya es la hora de comer han vuelto a casa. Están!!!! genial...hielos a la nevera y leche en habitáculo seguro. Los tres unidos pensamos como abrir la puerta...uno detrás de otro metimos las llaves y las volvimos a meter y lo volvimos a intentar otra vez...nada. Arti decide probar con el método que ha visto a muchos cerrajeros y se va a por una radiografía suya. Riqui raca riqui raca en la puerta a la altura de la cerradura....nada.
Pasa el tiempo......Tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii las 15 horas. La mala ostia recorre mis venas...llamo al trabajo desde el teléfono de SunSun que ya se añade a nuestra cuadrilla (después de que ella también probara en la cerradura 13 veces más)  e intento explicar a mi compañera que pasa... `vale´, me dice (la que se pira a las 15 y compañera donde las haya..),  `le dejo un post it a xxxx y ya está....´ le digo que no, discuto con ella y le digo que le diga a x+y que se quede en mi puesto hasta que yo vaya, sea la hora que sea, o hasta que venga mi jefa (llegaba a las 16 horas) y que cuando ésta llegue me llame.

En ese momento llega el dueño de mi casa, así que ya somos cinco en el rellano.... me dice que su pareja ha llamado al cerrajero del seguro de hogar y que éste le había dicho que a las 15 horas como tarde iba a estar... si...ya lo veo. Intenta por todos los medios (era un ritual a seguir por todo el que entraba en esta fiesta) abrir la puerta metiendo y sacando la llave 30 veces en la cerradura...y yo pensando...al final me quedaré además de sin entrar, sin llave ni llavero... por un momento pensé... ¿harán todas las personas lo mismo ante esta situación o solo es un empeño oregonés?
De pronto me pregunta si he cerrado el balcón de mi dormitorio, que como da al patio de luces, y ahí nació hace millones de trillones de años un hermoso andamio...podría subir el andamio hasta mi habitación, entrar en casa y abrir la puerta desde dentro. Estupefacción. Y yo que creía tener imaginación....solo faltaba además, aquel día, tener que hacer fila en las urgencias del Hospital Miguel Servet...
Menos mal que había cerrado el balcón para que ningún Lancelot subiera el castillo andamial blanco para salvar a la princesa de los suspiros...uy, perdón, de los resoplidos.

De perdidos al río.....¿alguien tiene hambre? yo me marcho a comer y que se abra cuando se tenga que abrir... SunSun se une conmigo, evidentemente. En esos momentos llega la pareja del dueño de mi casa, `la casera´, y nos vamos los cuatro a comer a la plaza de la Santisima Cruz....
Dani y Arti se quedan en su casa a esperar a que vaya el cerrajero. Menú del día en el único lugar que ya nos daban de comer....primer plato cuscus....
16 horas, llama mi jefa al móvil de SunSun. Le cuento que no puedo entrar en mi casa y que estoy esperando al cerrajero que está al caer, me dice que no pasa nada, que en cuanto pueda vaya. Por un microsegundo...tuve una sensación de libertad..., no tenía nada importante encima y no tenía prisa ya por ir al trabajo. Ummm sweet pleasure...
El cerrajero llama por teléfono a `la casera´ cuando estábamos en los postres..., estaba esperándonos.
`La casera´, supongo que por defecto de profesión (es banquera), me indica que no hable, que ya hablara ella de lo que ha pasado.., intentaría que todo entrara por el seguro... Capito...es tu casa...a mi me da igual tener una llave con tres puntos o una con diez.
Y me recalca que ya me dijo cuando me fui a vivir ahí que no diera portazos porque la cerradura era delicada....
Si ella hubiera podido sentir el torbellino de sangre que en milésimas de segundo hizo que me hirvieran todos los fluidos de mi cuerpo haciendo que éste aumentara de volumen...se hubiera callado; gracias a dios...en estas ocasiones no necesito hablar, por lo visto, mi cara es el reflejo de ese tsunami interior. Y menos mal que es fácil de interpretar mi careto...porque si hablo lo arraso todo (que gran defecto tengo).

SunSun se fue directa al trabajo, así que con una persona menos, eramos tres los que quedábamos en el show...los propietarios del piso y yo. El cerrajero, muy amable él, miró la puerta...le  indiqué esperando ya a que me preguntara por ellas, si quería el juego de llaves para probar otras 3000 veces quien la partía por la mitad para tener un dos por uno; me miró...y me dijo...¿para qué dices que necesito las llaves?
No se como agarró la puerta pero haciendo un solo gesto que duró dos segundos abrió la puerta.
Ni que Lancelots guapos sobre andamios ni que leches....
Estupefacción de nuevo.

viernes, 11 de marzo de 2011

Como habéis comprobado, en este fluir sugestivo diario de relaciones vecinales e intercambios de confidencias disimuladas, averiguaciones regaladas, y traiciones leales; sin darte cuenta, habías asumido el rol del personaje escurridizo, silencioso y elegante, que no quiere manifestarse ni que le descubran en un desliz no rutinario.
Para eso, había que salir de Melrose Place, como bien sabían y siguen sabiendo todos sus habitantes.

Si la parte de La Casa del Ruido que podríamos llamar normal...(y ya estoy regalando Eurovisión a España) correspondía al primer y segundo piso; estaba la segunda parte, aquella que era objeto de los delirios de Doña Ramona que no le dejaban ni dormir ni descansar. Por otro lado, como a los demás; exceptuando al Exprimidor de Limones, que como se acostaba siempre muy tarde o llegaba a casa más tarde aún, la mayoría de las veces no se enteraba del calvo de cultivo que ocasionaba la crecida del Nilo...

TERCER PISO:  En el Tercero Derecha, cuando SunSun y yo llegamos, vivía un pareja con un bebé de ocho meses gordote y mofletudo, con coloretes rojizos, que eran propietarios del piso; la Mamita era la presidenta del edificio en ese momento... (luego le correspondería al dueño de mi casa, quién delegaría esa maravillosa labor a la persona que indudablemente más quiere).
Indudablemente también, Mamita estaba hasta los `huevos´ de lidiar con Doña Ramona cada dos por tres con sus quejas constantes y desvaríos múltiples....; ya tenía bastante con tener un crío agarrado a una teta, tener que subir escaleras arriba escaleras abajo, con el carrito a cuestas, y soportar las gloriosas fiestas orgásmicas de sus convecinos de enfrente y del piso superior.
Mamita un día que se despertó sintiéndose rara, tal vez como Noamelí, y oyó a su hijo oír su primera palabra...`fiesfa´..se dijo... que os den por el ------, yo me piro de aquí. Hizo las maletas y no nos dijo ni un sentido no-hipócrita adiós...que tanto eche de menos...
Así que el tercero derecha fue vendido y en el mismo momento que se firmaba su venta para acabar arrendado, ya había pecotosas y rubiotes nada oregoneses, en los antiguos y únicos aposentos del sentido común.
Yo llegué a la firme suposición y casi convencimiento, que los orgasmus se reproducían por coitus no interruptus et clonicus, en una nueva modalidad de reproducción natural y no se si evolucionada..., basada en un clonaje no asistido. La cuestión es... que ahí estaban... millones de trillones de orgasmus, todos iguales.

En el Tercero Izquierda, ocurrió algo aún peor....y simultáneamente a lo anterior. Cuando SunSun y yo llegamos, nuestros arrendatarios nos advirtieron que estaban pintando el patio interior y haciendo obras en el piso superior, es decir, éste, y que tuvieramos algo de paciencia, puesto que en el patio había colocado un andamio y por otro lado las obras de arriba iban a durar poco...
La traducción de `hay colocado un andamio´ fue...`ha nacido un andamio de la pared...´ porque ese andamio con los consiguientes "pintores" que creo que estaban colocados todo el día de tanto oler a pintura sin saber como usarla... estuvieron casi un año; así que a la cueva...había que aumentar más oscuridad aún, teniendo en cuenta que no existían persianas en la casa y que si corrías las cortinas salías en el Hola de Melrose Place...-----___----____

En estas circunstancias conocí al Licenciado Vidriera...
El Licenciado Vidriera era el dueño del piso; un estudiante de los que pasan la vida en la universidad sin terminar de acabar la carrera nunca... porque no hay prisa en esta vida. Era más o menos de mi edad, con unas pintas increíblemente clecas, que escondían una mirada de tranquilidad, segura para sí y poco tranquilizadora para los demás, bajo unas gafas de pasta por lo menos de los sesenta...
Vestía camisa de cuadros abotonada hasta el último botón, con el cuello bien planchado y almidonado, un jersey de punto todo de un mismo color, pantalones de pana y unas zapatillas de un color imposible de definir. El pelo muy oscuro, medio largo-medio corto, con gomina o suciedad...no pondría la mano en el fuego... que contrastaba con su piel lechosa, pero coordinaba con sus ojos negros inexpresivos, que no pestañeaban jamás.
Lo peor era su voz...seca..baja... que solo emitía frases simples y directas.
Había heredado el piso de su abuela y como personaje extraño, ya que bien podía parecer desde un cleco pajeador impulsivo con pelo pegado a la cara, hasta un caballero andante de princesas como fiona...; en cualquier caso, listo él, arrendaba el piso por habitaciones a precios estratrosféricos siempre a extranjeros de Erasmus, es decir, a los no inmigrantes con pasta de papi.
El hecho es, que yo lo conocí una tarde que al entrar a mi baño descubrí una filtración de agua que venía del piso de arriba...empezaba la fiesta...Shit!!!!! 10 de la noche, viernes, los obreros no vuelven hasta el lunes, he quedado a las 11, llama corriendo al dueño de tu piso para que te de el teléfono del dueño del piso de arriba, contacta con él, cuéntale lo que pasa, que vaya donde tenga las llaves del piso de arriba, que acuda, que compruebe que pasa y ya veremos.... resultado....adiós cena y bienvenido poco querido mal humor.
El hecho es, que el Licenciado Vidriera y yo, después de esperarle dos horas, subimos con una linterna al piso (puesto que no estaba hecha aún la instalación eléctrica) y comprobé alucinada como en lugar de ir directamente a la zona de donde era probable que viniera el agua...empezó a enseñarme el piso con la linterna, un frío que pelaba, sin suelo puesto (en el que te tropezabas cada dos por tres), sin ventanas y con tres toneladas de escombros.. el misterio fue que algún simpático obrero de la construcción, se dejó una toma de agua abierta...así que como no se veía nada, me calé hasta los tobillos... Cerró la llave de paso y se terminó mi único encuentro con este estudiante. Nunca más lo volví a ver...supongo que porque si después de la reforma del piso y de haber colocado a seis erasmus en él, hubiera aparecido...no hubiera pasado ni del primer piso...ni del segundo...

Así...se terminó de cumplir el círculo del territorio más salvaje nunca antes conocido...el territorio sioux europeo de La Casa del Ruido..

CUARTO PISO: Y es que en el cuarto...daba igual derecha que izquierda...también vivían orgasmus; pero estos ya, descendientes de dos generaciones de orgasmus que habían poblado anteriormente el lugar, estaban en un escalón evolutivo diferente, así que, gloriosamente y con gran esfuerzo, habían alcanzado el nivel de bípedos, por lo que ya no andaban a cuatro patas oliendo los culos de los demás y bebiendo de cualquier charco. Eso si...no hacían ascos cuando llovía sobre mojado u olían a perra nueva desde abajo.

En uno de los pisos vivía solo un extranjero, éste si inmigrante, puesto que no era orgasmus pero bien pasaba por uno de ellos. Se llamaba Graham.
Graham era único, pero no se de que especie...
Era el único asalariado extranjero del edificio, se había instalado desde hacía dos años en La Ciudad del Viento, no sabía porqué ni él, y trabajaba en una fábrica. El tiempo que no trabajadaba (e incluso yo diría que también trabajando) estaba borracho; borracho a todas horas, daba igual cuando lo vieras. De este modo, cada vez que te encontrabas a Graham, el creía que eras nueva en el edificio y no se acordaba de haberte visto jamás antes... era como estar metida en Memento sin ser la protagonista (bien podría haberle escrito la dirección de su casa y el piso en el que vivía en un brazo, con tinta indeleble..).
Pero a pesar de sus dosis etílicas, Graham siempre llamaba a nuestra puerta cuando estaba borracho, ¡¡¡solo paraba delante de nuestra puerta!!!
Se la abrías y en un inglés de borrachuzo, farfullaba palabros totalmente ininteligibles y te miraba a los ojos esperando que le invitaras a pasar... Con el mismo inglés, para entonces arcaico, siempre le decía lo mismo...donde vivía y que solo tenía que subir las escaleras para llegar a su casa...
Solo hubo una vez que me lo encontré sereno, fue en el Magnetismo. Al verle acompañado de otro chico y sin tener que apoyarse en ningún sitio, fui directa a hablar con él; como no...se quedó mudo y de piedra, no sabía quién era... se lo expliqué.
Le expliqué quien era yo y quien era él. Se enfadó cuando le dije que estaba frita de que borracho me despertara por las noches llamando a la puerta de mi casa.. se creyó que me lo inventaba todo y que estaba loca...pero que volvería a llamar a mi puerta si realmente yo vivía ahí... No se atrevió a comprobarlo.

De este modo queda configurada La Casa del Ruido y de Morti (lo de Morti, también será otra historia..) en La Ciudad del Viento. Esta configuración, al fin y al cabo, no era más que la de un partido de tenis...salvo que dadas las circunstancias, la red (el segundo) se rompía de tanto parar pelotas.
Doña Ramona ante la falta de candidatos a entrar en su equipo aún jugando con sacapelotas automático que tiraba a discreción, había dado por supuesto que El Exprimidor de Limones, SunSun y yo estábamos de su bando...y es que claro...nadie en su sano juicio podía imaginar que unos muchachotes guapos, españoles, solteros, jóvenes y aparentemente civilizados, fuéramos a ponernos a babear delante de rubias buenorras y tíos buenorros como armarios, pasando todos nosotros de la treintena.. imposible!!! Y si albergaba alguna duda, por si acaso, jamás se quejaba de nosotros...(aunque no se cortaba en dejarnos sin luz o agua igualmente...la guerra es la guerra...siempre hay víctimas civiles inocentes...) y claro está, al Exprimidor de Limones, como era el chico, le subía a casa hasta las pinzas que al tender se le habían caído en el patio de luces..

Aunque Doña Ramona no fuera santo de mi devoción, tengo que decir....que casi siempre tenía razón (lo que no justifica, en ningún caso, que fuera de John Wayne sin escopeta por el vecindario). Y es que, si un antropólogo no inocente (El Antropólogo Inocente, Nigel Barley -leerlo!!!-) hiciera un estudio sobre los hábitos y costumbres de este grupo social, tendría una subvención de National Geographic seguro...
Dichos hábitos obedecen a instintos bastante primarios y naturales, no reprimidos por la razón, en ningún caso, y que giran entorno a un paradigma: beber alcohol y no parar a pensar ni diez segundos al día.
Teniendo en cuenta que nunca es justo juzgar a otra especie sin conocer de primera mano el hábitat de donde vienen, un estudio antropológico de una especie fuera de su hábitat, debe comprender la posibilidad de que los comportamientos obedezcan a un proceso de adaptación que culmine en una integración con los de su misma especie... Pero en este caso...de la subespecie de la que tratamos, resulta que la  mala adaptación al medio era precisamente beber alcohol y no juntarse más que con otros orgasmus. Algo que los de nuestro hábitat hacemos sin sentido común, pero con algo de criterio y respeto por el grado también etílico del de al lado o de sus hábitos de sueño, sencillamente.

De esta manera los orgasmus, todos ellos, nos hacían protagonistas en La Casa del Ruido de constantes ruidos orgásmicos, que se oían como si estuvieras viendo una película porno por el notebook en tu cama. Ponían el equipo de audio de 1500W a toda ostia, otra vez, sin perdón, a cualquier hora del día y cualquier día; la basura que civilizadamente nosotros metemos en una bolsa y tiramos en un contenedor, ellos directamente la tiraban por las escaleras del edificio...así cuando te ibas a trabajar por las mañanas te encontrabas desde condones usados hasta pelas de plátano, cajetillas de tabaco vacías y toda clase de comida medio comida; y cuando no, tenían el detalle de meter la basura en bolsas pero dejarlas en tu puerta para que las bajaras tu abajo...y en el mejor de los casos, los más evolucionados, dejaban las bolsas en la puerta del portal para que `alguien´ las llevara al lugar adecuado, incluso porque no, algún ciudadano cívico que pasara por ahí si había suerte... Tampoco era extraño ver, en el cenit de sus escandaleras, a alguna chavalica o chavalico medio desnudos y descalzos por las escaleras.
Pero lo peor de todo...es, que como los orgasmus fuera de sus países no piensan, cuando montaban fiestuquis en sus casas, los invitados que esperaban para las concertadas ocasiones, timbraban siempre a mi interfono, puesto que sólo recordaban que era un `izquierda´ así que primero probaban con mi casa, luego con mi puerta y cual múltiples Grahams...en mi entonces inglés...volvía a decirles con cara de sabueso que se equivocaban...que la party estaba arriba..

Todo esto hacía difícil el vivir tranquilamente en dicho edificio y en dicho barrio de cuyo nombre si me acuerdo porque ahora, que vivo en el extraradio de Melrose Place, en la Madalenae, mi barrio de toda la vida, aún me llega algún que otro marujeo, como siempre, sin hacer ningún esfuerzo.

Dicho todo esto y asentada la base sobre la que quiero apoyar algunas de mis futuras entradas, quedo a sus disposiciones para aclarar cualquier punto escabroso o dudoso que mis lectores quieran puntualizar...

Como siempre a su servicio,
No.

(No quiero dejar de mencionar a mis queridos Dani y Arti, los primeros vecinos que tuve enfrente, un corto periodo de tiempo, que fueron y son los vecinos que una querría tener siempre y que saldrán a la palestra cuando hable de cómo me quedé encerrada en la calle. Buen rollo y sobretodo, buenas personas ;)

domingo, 6 de marzo de 2011

Hace poco más de un año yo vivía en un barrio de la Ciudad del Viento, llamado Melrose Place.
Melrose Place se levanta y esta sostenido por los cimientos de la Ciudad del Viento más histórica y antigua, donde hay una estatua de su fundador, casi rozando con el Ganchus, que debe ser la única que limpian en toda la ciudad (así que en cierto modo, era afortunada).
Por el norte le limita el río Iber, por el este el barrio de la Madalenae, por el sur el Centrus de la actual ciudad y por el oeste el Ganchus.
Melrose Place no deja de ser Centrus, pero es el histórico, es decir, el Cascus Historicus (así que en cierto modo, era muuuyyyy afortunada).
Todo era maravilloso, había encontrado una casa antigua de alquiler y barata, de techos muy altos (me encantan..), no tenía que coger nunca autobús urbano, vivía al lado de los bares donde salía, tenía el trabajo a 10 minutos andando, ya conocía gente en el barrio y sobretodo...iba a tener mi más deseada y anhelada independencia pobre.
(Os ubico con tantos detalles porque sé que Melrose Place y La Casa del Ruido y de Morti, van a darme para muuuchas entradas...así que es necesario)

Decidí llamarlo así cuando aún vivía ahí. El nombre se difundió  por mi parte a mi vecino y por parte de mi vecino y de mi misma al resto de los humanoides; así la denominación terminó difundiéndose poco a poco; y es de entender, puesto que la gente debió notar que encajaba perfectamente en el concepto comparativo que había creado y que reflejaba a la perfección el ambiente que había y sigue habiendo entre el barrio y aquella serie televisiva...
Estuve nada menos que la friolera de 5 años compartiendo piso con mi hermana SunSun.
(El porqué del nombre se entenderá perfectamente a medida que se avance en esta narración o en las sucesivas)
La cuestión es, que empecé a darme cuenta de que todo no iba a ser maravilloso cuando pasó el primer año...

La Casa del Ruido y de Morti, en La Ciudad del Viento
El edificio donde vivía era un edificio de 4 plantas con un principal, que era el rellano de la casa. Tenía dos pisos de sótanos, donde nadie jamás quería bajar;  por eso bajé yo un día, con linterna en mano (pero eso ya será otra historia..). La casa, y el edificio en sí, eran y son una cueva; no entraba la luz natural, más que en los pisos que daban chaflán, que no era el mío -una ventaja para el verano, en el que estabas de maravilla fresquita... pero una desventaja en invierno con el clima helador...aún con calefacción-.

PRINCIPAL: El Principal era una puerta, la de la calle, por la que entrabas después de arrastrarla como podías.. (pesaba tres quintales..) más unas escaleras que subían a los pisos y otras de bajada hacia los sótanos. Antes de subir, alguien con mala ostia..sin perdón, había colocado un espejo de cuerpo entero en el que siempre se reflejaba como con una neblina, la figura del que se quería ver y la bombilla amarilla que colgaba del techo, que daba una luz tan tenue que creías siempre ver a alguien más a contraluz.
La puerta se cerraba haciendo tal estruendo que si volvías pedo, se te pasaba antes de llegar a la puerta de casa; y por supuesto, daba igual en el piso en el que estuvieras.. te enterabas cada vez que se cerraba (aún metida dentro de la ducha o con Los Ramones a tope). Del mismo modo y sin más, oías a los 30 segundos la puerta del vecino que acabara de llegar, y si había subido con alguien o no, puesto que los baños de cada casa tenían un ventanuco de cristal translúcido que daba a la escalera. Así que si subías o bajabas sabías quién estaba en el baño en esos momentos, y si estabas tu mismo, oías perfectamente la voz del vecino en cuestión; o sabías quien era -si no hablaba- por  las formas de subir y bajar de cada uno, involuntariamente estudiadas (de una escalera en una y despacio, de dos en dos y deprisa, corriendo, cantando, silbando etc..).
En el Principal también estaban los buzones, todos reventados, en los cuales unos días estaba mi correo y otros.. me lo encontraba debajo de mi propia puerta de casa; después de que algún alma caritativa del edificio lo leyera y lo dejará ahí, para que supiera que lo que ponía en mi postal recién llegada...a partir de ese momento, era de dominio público de La Casa del Ruido.

PRIMER PISO: en el Primero Derecha vivía Angelines, nombre que nada le caracteriza y que voy a desterrar de su identidad ahora mismo, así que a partir de este momento, Angelines es Doña Ramona. Doña Ramona era una señora mayor que enviudó en el siglo I después de Cristo y que tantos años llevaba echando de menos al marido y creyendo verlo en cada esquina de la casa, que había enloquecido. Nos cantaba por las mañanas, los fines de semana, en el patio de luces mientras tendía la ropa canciones varias de un repertorio olvidado por cualquier humano de nuestro tiempo. Gracias a su detalle, las resacas eran un estado permanente desde el sábado al punto del alba hasta el domingo de madrugada.
Doña Ramona se pegaba el día hablando sola por casa; hablando sola mientras fregada las escaleras del edificio pegando la oreja a las puertas; hablando sola durante horas, murmurando y maldiciendo en voz baja y continua, después de echar broncas a grito pelado a los orgasmus, y así pasaba su vida...hablando sola.
El resultado es, que Doña Ramona nunca escuchaba a los demás y se tomaba la justicia por su mano cuando los ataques de locura repentinos se apoderaban de su cuerpo; es decir, cortaba el suministro de electricidad y agua sin más, mientras como un fantasma a oscuras por las escaleras de La Casa del Ruino, daba alaridos y echaba espumarajos por la boca - en esas ocasiones, ningún vecino hacía ni el más mínimo ruido-..
En el Primero Izquierda no vivía nadie. El piso, según supe en su día por mi vecino de rellano al llegar, eran unas oficinas. Pero unas oficinas de las que nadie sabía nada...ningún rótulo en la puerta de la calle, ningún rótulo en la puerta del rellano. Nada. Solo de vez en cuando.. se oían por las mañanas algunos pasos y alguien que abría o cerraba la ventana y la puerta. Nunca logré ver en persona a esa persona.

SEGUNDO PISO: en el Segundo Izquierda vivíamos SunSun y yo. El piso estaba todo reformado de cabo a rabo, así que cada vez que subía algún amigo o amiga se quedaban todos estupefactos alabando la suerte que teníamos por vivir ahí, tan cerca de todo, y pagando un precio de alquiler tan razonable. No sabían que esa era la Casa del Ruido y de Morti.
En el Segundo Derecha vivía el Exprimidor de Limones, mi vecino, un tipo la mar de divertido a la par que complicado, con el que me divertí y reí mucho y con el que compartí la mar de marujeos de Melrose Place sabiendo que nosotros mismos eramos objeto de múltiples marujeos, en el mismo lugar, pero equivocadamente. Afortunadamente, en Melrose Place también existían habitantes como SunSun, el Exprimidor de Limones, El Teletextero y yo, a los que casi nunca nos supuso dichos marujeos, más quebrantos que los de echar un par de gritos o ignorar a quien hubiera que ignorar; nos daba mas bien igual que un rumor fuera falso, puesto que sabíamos que desmentir un rumor en territorio comanche era más peligroso que difundir una mentira o una verdad, lo mismo daba.
Como dice mi querido Teletextero... al que quiere saber mucho...se le dice poco y alrevés.

Siempre nos llevamos bien el Segundo entero, a pesar de que El Exprimidor de Limones tenía unos horarios de sueño y habitabilidad muy distintos a los nuestros y cada vez que llegaba a casa por las noches, pegaba tal portazo a la puerta de su casa, que te despertabas de golpe de tu sueño en media centésima de segundo y pensabas... ¿qué ha pasado? ¿dónde estoy? ¿nos bombardean? ¿me atacan?... se lo dije muchas veces...pero el era así. El Segundo derecha y el Segundo Izquierda, como todos los pisos del edificio, estaban separados por ladrillos rojos de gominola, de esos que me gustan tan poco; así que el ruido y no ruido, todo...hasta las vibraciones, se expandían sutilmente hasta que llegaban a tu tímpano. Así, sin más, gratuitamente...; lo que hacía que te sintieras sin voluntad, puesto que era imposible no oír lo que no querías oír. Todos lo sabíamos todo de todos sin mover un dedo. Yo sabía cuando El Exprimidor de Limones meaba, porque su baño daba con el mío; tenía que poner el Pasapalabra a todo volumen para no escuchar sus conversaciones telefónicas; sabía sus horarios así como los horarios de los orgasmus (zona superior del edificio, zona de los sioux); cuando iba a entrar Doña Ramona o algún sueco por la puerta principal también lo sabía; sabía a que hora había puesto la lavadora cada uno y el tiempo que tardaban..
Si...lo sabía todo...sin poder evitarlo; hasta cuando Agustinus abría el Magnetismo, porque oía el ruido característico de su persiana, a la misma hora de siempre, todos los días menos los lunes.

Así vivíamos SunSun y yo...inmersas en un ritmo vital fluyente, intrínseco y disimulado que parecía normal siendo totalmente anormal. Cuando un día te fallaba un ruido te preguntabas...¿qué pasa hoy? algo se está cociendo..; pero no hacía falta hacer nada, el heraldo autoasignado ese día, gracias al suministro corriente de varias cervezas, te facilitaba gratuitamente y sin pedirlo toda la información noticial del día en Melrose Place.
De ahí que la decisión de salir de casa o no...fuera tan complicada.
Y es que no podías hacer un movimiento sin que alguien te viera...muchas veces llegué a sentirme como protagonista de una segunda parte del Show de Truman. Si tenías insomnio y a las dos de la mañana te asomabas por la ventana para mirar la calle (veías el aparato de alguien meando en el árbol de enfrente..-zona de bares..-), al día siguiente alguien te decía...ayer te vi en la ventana a las 2 de la madrugada con una bata marina.. al principio pensabas...jajaja que casualidad, que majos son aquí todos...y luego con la suma de ocasiones empecé a pensar.. ¿cómo? ¿dónde estabas si yo estuve mirando a la calle y no te vi? y empezabas a mirar los pisos de los edificios de enfrente...ahí tenía que estar la respuesta o el topo, y me sentía como la protagonista de La Ventana Indiscreta.

Continuará....
 

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