Era primavera.... como la recién estrenada... pero de hace unos 4 años....
Dentro de La Casa del Ruido y de Morti, por las mañanas, entraban los rayos de sol por el único sitio al que la voluntad humana, la de SunSun y la mía, se lo permitía....es decir, la puerta acristalada del balcón que daba a la calle Espozaño y Minero. En la misma pared había dos ventanas más, pero los estores blancos que dejaban entrar la luz no se levantaban por las múltiples razones explicadas en mis anteriores entradas sobre aquellos maravillosos años en Melrose Place.
Empezaba una semana nueva, era lunes y acababa de disfrutar de uno de mis fines de semana de entonces... bares, música, entradas y salidas en casa, dejarse llevar por los acontecimientos, encuentros involuntariamente voluntarios y estudiados con las personas que quería ver, y resaca con sabor dulce.. ; la operativa normal de una soltera trabajadora a la espera de comerse el fin de semana todo lo que no se había comido entre semana; y eso que tenía como hábito tomarme siempre unas cervezas por las tardes, antes de subir a casa entre semana, para charrar un rato con quien se dejara caer en La Bachata (ahora) Aburrida... (el bar a dos portales de La Casa del Ruido, cuyo propietario era un chico con el que, unos años antes, había jugado un par de partidas al Twister de MB y acabamos jugando al Ahorcado..perdió él, claro; pero también de una de las personas que ahora mismo esta ahí arriba tomándose un gin tonic con san Pedro, en una de las nubes más grandes, y que me hacía reír como nadie..).
Los fines de semana, los cantos y las voces de Doña Ramona, sabían de otra manera...ya daba igual todo, no había que madrugar (salgo los sábados que me tocaba trabajar) y eso hacía que todo supiera distinto... todo tenía encanto.
La sensación de resaca permanente se aliaba con el bienestar y juntos bailaban un tango como podían; la ropa tendida en el patio de luces, manchada por la ceniza que los orgasmus cada jueves desde el piso de arriba dejaban caer, tiñendo la ropa de gris noche estrellada, tenía otro significado, el de fin de semana.. me daba tiempo a ponerla otra vez en la lavadora sin problemas, junto con el uniforme del trabajo, para estar listo el lunes.
Todo se volvía relativo.
Recién pasado uno de aquellos fines de semana, un lunes me sabía a `tengo que replantearme la vida por mucho que disfrute de las olivas, los boquerones y las cervezas´.
Para entonces, yo aún trabajaba a turnos unas semanas de mañanas y otras de tardes, y ese lunes tenía que entrar a trabajar a las 15 horas, así que me desperté sin despertador (una de las cosas que aún se saborear como placer más exquisito) y en un silencio absoluto...(que ahora mismo añoro desde lo más tierno de mi malestar), y me levanté para desayunar como manda el onceavo mandamiento...
A esas horas, un lunes, los orgasmus inmersos en sus ritmos grupales de costumbres propias de su especie o se volatilizaban y dormitaban sobre el césped de algún lugar desconocido para mi...o hibernaban hasta el miércoles, el caso es, que eran los únicos dos días que la cabeza descansaba... Un Ferrero Rocher envuelto en papel de oro de 20 kilates.
Justo en esos momentos de mi vida en Melrose Place, vivían enfrente de mi piso de La Casa del Ruido, Arti y Dani, una pareja encantadora y enrollada, que tanto te ayudaban como te invitaban a compartir lo que tuvieran entre manos en esos momentos de encuentro.
Después de mis `desayunos sin prisa´ de las semanas de tardes, solía ponerme música a un nivel prudente (recuerdo que me puse un disco de The Sonics) e iba organizándome poco a poco para la semana... tocaba destender el uniforme y plancharlo antes de ir a trabajar; comprar lo necesario para la comida del día; ordenar mi habitación y la casa en general; pegarme una ducha mañanera de las largas, sin ninguna prisa, escuchar las noticias en la radio y empezar a hacer la comida antes de que SunSun llegara del trabajo.
Mientras iba cantando, bailando y guitarreando virtualmente por casa, haciendo las cosillas del hogar...me di cuenta que me faltaba leche y que era lunes...es decir, había que reponer material, usease, los hielos gastados por los combinados del fin de semana (en mi casa no podían faltar nunca mazacotes buenos de agua congelada) y leche (es un misterio lo que SunSun hace con la leche...cuanto más compraba más pronto se gastaba).
Así, que después de adecentar mi hogar dulce hogar, planchar el uniforme y colocarlo extendidito encima de mi cama de 1,50 m (que tiempos aquellos..); me dispuse a ir al economato que había justo debajo de mi casa en el portal contiguo (que después fue kebab, panadería, otra vez kebab...y ahora ya no lo se..) a comprar hielos y unas cajas de leche a la simpática Ana, la propietaria del lugar.
¿Qué se coge una de casa para bajar justo al portal de al lado a comprar varias cosas? Yo, evidentemente, no pensé en que iba a necesitar bolso...ni móvil...ni papel...ni boli...ni el monedero...ni las gafas de sol...ni nada de nada... Pensé...sólo necesito 4 euros y las llaves, paso de bajar nada más...¿para qué?.
Tengo que decir que cada vez que en mi mente se desarrolla dicha pregunta...yo que soy gafe...suelo coger todo lo que he dicho que no iba a coger; pero ésta vez dije... en serio No, es ridículo bajar con nada más, acostumbrate a ir más liberada. Ok. Así que No se va de casa con el producto neto de su nómina ya a día 13 del mes y con las llaves. Nada más. La verdad es que tengo que decir, que la sensación que sentí al bajar las escaleras medio bailando y cantando tan suelta casi valió la pena después de todo...
Entré en la tienda y saludé a Ana; creo que era la única persona que trabajando en Melrose Place no tenía ni idea de los chismes del barrio...(no vivía en él) así que era todo un lujo poder hablar con ella, porque nunca lo hacía sobre los demás.
Si...la eche de menos cuando se fue...
Cogí la leche y los hielos y ya era casi la una del mediodía; Ana cerraba en breves, había llegado por los pelos. Me costó 3,25 euros la compra. Pensé...bueno ahora a subir y a empezar a hacer la comida; comer y salir para el frente de batalla. Saqué mis llaves, las coloqué en la cerradura...y...si, en efecto, la puerta no se abría, la cerradura se había estropeado (algo que me jorobo bastaste porque `la casera´me aviso que no cerrara nunca de portazo porque la cerradura era algo delicada...y siempre cerraba la puerta con la llave puesta, jamás di un solo portazo). Mierda....mierda....mierdaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!
Tic tac...tic tac...tic...tac....las 13,15....entro a las 15 a trabajar.....uniforme, móvil, bolso, dinero, todo dentro de casa. Inmediatamente pienso en el trabajo...mierda otra vez, yo que no paro de echar broncas a las demás porque llegan tarde al curro y soy un ejemplo intachable de puntualidad...no puedo llegar tarde!! y además...el puesto se queda sin cubrir...y hoy está la cirujana...follón seguro... etc..
Un tumulto de ideas se atropellaron en mi mente.
En definitiva...en ese momento algo me decía que no iba a ser el mejor día de mi vida.
Tenía que pedir ayuda, llamé a la puerta de Dani y de Arti, no había nadie en casa....y, como os podéis imaginar, no se me ocurrió pedir ayuda en ningún otro piso...en cualquier caso hubiera conseguido de todo menos ayuda (orgasmus y Doña Ramona...no, gracias).
Me miré el dinero que tenía, joder...75 céntimos...¿dondé hay una cabina ahora en la era del móvil? No... piensa...piensa....creo que en el Central Market....o tal vez en la plaza de la Santisima Cruz....ayyyy no lo se!
Salí escopeteada sin dejar los hielos y la leche en el rellano (cualquiera se fía de los orgasmus...eran capaces de salir de su hibernación coger el material y volver al catre como si nada...ni hablar), es decir, me cargué con la compra y me fui al Central Market que distaba de mi casa unos 10 minutos andando...y no!! no había una cabina!!! (yo hubiera jurado que en algún momento alguna vez...vi alguna...) evidentemente, me cagué en la estatua del fundador romano de nuestra querida ciudad , que testigo de mi desasosiego parecía hasta reírse de mí diciéndome (con esa postura hierática de cadera inclinada y sonrisa burlona) que pringada... ,así que corriendo otra vez, desandando lo andado, me dirigí a la plaza de la Santisima Cruz...y siiii una cabina...dios...que calor hacia...sudaba por castigo divino...
Vale, No, ya tienes cabina, ahora piensa, solo tienes 75 céntimos organízate, tendrás pocas oportunidades de llamar...vale, SunSun es la que está más cerca de casa, trabaja a 10 minutos andando, llámala y que ella llame a la casera para contarle lo que ha pasado y que ésta llame al seguro del hogar para que venga un cerrajero urgentemente.
Llamo a mi hermana que nada más oír mi voz me da voces diciéndome que ahora no puede atenderme que estaba muy liada, y me cuelga. Su puta madre (con perdón porque es la mía también). Vuelvo a meter moneditas en la cabina...45 céntimos...vale...llamo a mis padres para que llamen a SunSun, le digan que es idiota, y le cuenten lo que me pasa, y...sorpresa sorpresa....mis padres comunicando!!! Seguro que Crudins estaba marujeando sobre el finde...una imagen fugaz imaginó mi mente y se proyectó en las retinas de mis ojos....Crudins con el teléfono en mano jijij jajaja jijij jajaja...= misión imposible, posibilidades cero.
Creo que si alguien me hubiera pedido la cabina en esos momentos me lo hubiera engullido...
Bueno, intento otra vez llamar a SunSun...30 céntimos...llamo y lo primero que le digo es que me escuche!! que me he quedado colgada en la calle sin poder entrar en casa con....30 céntimos y bajando... que llame a la casera!!! me dice que vaya a su trabajo que me da sus llaves para que pruebe a abrir la puerta con las suyas... ok....
Cargo la leche otra vez...y los medios hielos...y me pongo a andar los 10 minutos hasta su trabajo...me da sus llaves y me dice que ya ha llamado a la casera, que alguien irá a rescatarme o a hacer algo... Vuelvo a recorrer los 10 minutos de trayecto hasta mi casa, pruebo sus llaves, y la cerradura no responde; la puerta se me descojona en la cara...
¿Qué hago? las 14,30. En esos momentos decido volver a llamar a casa de Dani y de Arti, tal vez tenga suerte y como ya es la hora de comer han vuelto a casa. Están!!!! genial...hielos a la nevera y leche en habitáculo seguro. Los tres unidos pensamos como abrir la puerta...uno detrás de otro metimos las llaves y las volvimos a meter y lo volvimos a intentar otra vez...nada. Arti decide probar con el método que ha visto a muchos cerrajeros y se va a por una radiografía suya. Riqui raca riqui raca en la puerta a la altura de la cerradura....nada.
Pasa el tiempo......Tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii las 15 horas. La mala ostia recorre mis venas...llamo al trabajo desde el teléfono de SunSun que ya se añade a nuestra cuadrilla (después de que ella también probara en la cerradura 13 veces más) e intento explicar a mi compañera que pasa... `vale´, me dice (la que se pira a las 15 y compañera donde las haya..), `le dejo un post it a xxxx y ya está....´ le digo que no, discuto con ella y le digo que le diga a x+y que se quede en mi puesto hasta que yo vaya, sea la hora que sea, o hasta que venga mi jefa (llegaba a las 16 horas) y que cuando ésta llegue me llame.
En ese momento llega el dueño de mi casa, así que ya somos cinco en el rellano.... me dice que su pareja ha llamado al cerrajero del seguro de hogar y que éste le había dicho que a las 15 horas como tarde iba a estar... si...ya lo veo. Intenta por todos los medios (era un ritual a seguir por todo el que entraba en esta fiesta) abrir la puerta metiendo y sacando la llave 30 veces en la cerradura...y yo pensando...al final me quedaré además de sin entrar, sin llave ni llavero... por un momento pensé... ¿harán todas las personas lo mismo ante esta situación o solo es un empeño oregonés?
De pronto me pregunta si he cerrado el balcón de mi dormitorio, que como da al patio de luces, y ahí nació hace millones de trillones de años un hermoso andamio...podría subir el andamio hasta mi habitación, entrar en casa y abrir la puerta desde dentro. Estupefacción. Y yo que creía tener imaginación....solo faltaba además, aquel día, tener que hacer fila en las urgencias del Hospital Miguel Servet...
Menos mal que había cerrado el balcón para que ningún Lancelot subiera el castillo andamial blanco para salvar a la princesa de los suspiros...uy, perdón, de los resoplidos.
De perdidos al río.....¿alguien tiene hambre? yo me marcho a comer y que se abra cuando se tenga que abrir... SunSun se une conmigo, evidentemente. En esos momentos llega la pareja del dueño de mi casa, `la casera´, y nos vamos los cuatro a comer a la plaza de la Santisima Cruz....
Dani y Arti se quedan en su casa a esperar a que vaya el cerrajero. Menú del día en el único lugar que ya nos daban de comer....primer plato cuscus....
16 horas, llama mi jefa al móvil de SunSun. Le cuento que no puedo entrar en mi casa y que estoy esperando al cerrajero que está al caer, me dice que no pasa nada, que en cuanto pueda vaya. Por un microsegundo...tuve una sensación de libertad..., no tenía nada importante encima y no tenía prisa ya por ir al trabajo. Ummm sweet pleasure...
El cerrajero llama por teléfono a `la casera´ cuando estábamos en los postres..., estaba esperándonos.
`La casera´, supongo que por defecto de profesión (es banquera), me indica que no hable, que ya hablara ella de lo que ha pasado.., intentaría que todo entrara por el seguro... Capito...es tu casa...a mi me da igual tener una llave con tres puntos o una con diez.
Y me recalca que ya me dijo cuando me fui a vivir ahí que no diera portazos porque la cerradura era delicada....
Si ella hubiera podido sentir el torbellino de sangre que en milésimas de segundo hizo que me hirvieran todos los fluidos de mi cuerpo haciendo que éste aumentara de volumen...se hubiera callado; gracias a dios...en estas ocasiones no necesito hablar, por lo visto, mi cara es el reflejo de ese tsunami interior. Y menos mal que es fácil de interpretar mi careto...porque si hablo lo arraso todo (que gran defecto tengo).
SunSun se fue directa al trabajo, así que con una persona menos, eramos tres los que quedábamos en el show...los propietarios del piso y yo. El cerrajero, muy amable él, miró la puerta...le indiqué esperando ya a que me preguntara por ellas, si quería el juego de llaves para probar otras 3000 veces quien la partía por la mitad para tener un dos por uno; me miró...y me dijo...¿para qué dices que necesito las llaves?
No se como agarró la puerta pero haciendo un solo gesto que duró dos segundos abrió la puerta.
Ni que Lancelots guapos sobre andamios ni que leches....
Estupefacción de nuevo.